30 Mar Hablando con Ana
A Ana la siento a través del teléfono haciendo mil cosas a la vez que habla. Lo que pretende ser una entrevista comienza siendo una conversación entre compañeros que termina con un beso de buenas noches. Ana no titubea. Contesta rauda con la asertividad de quien tiene claro su objetivo. Alguien dijo que la vida se abre paso a las personas que saben adónde van. Ana lo tiene claro. Sabe cuál debe ser el camino a pesar de los entuertos y desencuentros que la vida diaria, ordinaria y sin previo aviso, nos depara día a día.
Nos reímos. Nos exaltamos. Hay silencios cómodos que atestiguan nuestra mutua confianza y admiración. Solo somos dos personas que aman la moda. Como todos los que aman hemos genetizado la búsqueda de la belleza. El placer entrañable de visionar lo bello.
Ana, ¿por qué la moda flamenca?
Creo sinceramente que nace en mí como un reto a tenor de algo que siempre me ha acompañado, mi interés de aunar la innovación con la tradición.
¿Cómo surge tu deseo de iniciarte en el sector?
Fue fruto de la casualidad. En CEADE, el centro donde inicié mis estudios de moda, nos invitaron, a partir de las bases del certamen de noveles de SIMOF, a presentar una serie de bocetos. Así lo hice. El apoyo del profesorado fue fundamental y aunque no gané el certamen comencé a vender mi producto. Era el año 2008. Así empezó todo. No sabía nada de nada. Solo estaba segura de mi deseo y de mi ilusión. Diseñé la colección sin ninguna pretensión. Hice los patrones y busqué a una modista para que ayudara a confeccionarla.
¿Quizás el revulsivo y el primer impulso fue porque comenzaste a vender?
No, sin duda. Cuando vi mi ropa en la pasarela es cuando supe que había acertado. Era yo. Era mi mente. Era mi visión de la estética sobre el cuerpo de las modelos. Todo cobró vida entonces. Supe que había acertado. Solo había en mí deseo y un solo propósito: seguir adelante.
¿Qué opinas del ego y la gestión del mismo?
Creo que el ego es algo intrínseco a toda persona que plasma su personalidad y su sensibilidad en un producto vendible y deseable. El problema viene cuando tu ego no está bien gestionado y das más valor al aplauso fácil que a lo verdaderamente importante. La moda es una industria. Un sector económico muy poderoso. Mi fase del ego sin normalizar la tengo superada afortunadamente. Tengo mil problemas que solucionar. Francamente, no tengo tiempo para alimentar mi ego.
¿Cuál es tu motor? La necesidad de imprimir mis ideas en un soporte creativo. En mi caso es la moda.
¿Crees que es necesaria la formación?
El diseñador es creativo sin tener que formarse. La formación complementa aquello que tenemos. Lo que somos. Las escuelas son empresas privadas que tienen unos intereses. No existe la formación académica si no hay un germen dentro de ti que te hace diferente y especial. Por otra parte, creo que la práctica de los conocimientos es fundamental. Hay diseñadores que son grandes creativos y no se han formado en una escuela de formación. La experiencia ha sido su escuela. Reitero que la formación es necesaria, pero hay muchos modelos de aprendizaje que se deben contemplar.
¿A qué tipo de mujer te gusta vestir?
No tengo ningún prejuicio hacia ningún tipo físico de mujer. Todo diseñador tiene en su mente un canon de belleza que refrenda su concepto de la moda y la belleza. No me gusta ser selectiva en mi trabajo. Tengo muchas clientas que no tienen el canon clásico de las proporciones, pero no por eso dejan de ser mujeres interesantes que aman mis prendas, valoran mi creatividad y mi visión de la moda.
¿Crees que la exclusividad y los valores añadidos de lo especial y único es algo que refleja la moda hoy?
Sin lugar a dudas. La globalización ha banalizado la moda de tal guisa que lo exclusivo es buscado más que nunca. Hay un amor real por las prendas que cuentan una historia. Prendas únicas que encierran un trocito de tu alma.
¿Cómo ves la moda flamenca hoy?
La moda flamenca necesita cuidados. Es demasiado hermosa para banalizarla y someterla a las leyes de un mercado fácil y despersonalizado. Creo que tenemos un producto único y como tal debemos educarlo y mimarlo. Hay que adorar la vuelta a la primorosidad y el esmero. A una moda lenta. Volver a retomar nuestros valores artesanales. La moda flamenca debe ralentizar su paso y mirar hacia atrás con ternura y admiración.
¿Cómo te ves en 10 años?
No soy muy soñadora. Me gusta vivir el momento y los retos que me encuentro en el camino. Si pudiera elegir dibujaría un paisaje donde el protagonista es un camino limpio y seguro. Voy de la mano con el hombre al que amo. Jorge, mi marido, sonríe a mi lado.
Bueno Anita, te dejo. Voy por la segunda copa de Marqués de Cáceres. Siento gorda la lengua. Oigo la risa de Ana. Adiós querida. Gracias por atenderme.
Muchas gracias Pedro. Buenas noches. Nos vemos pronto.
Colgamos. Miro las fotos de la última colección de Ana. Todo es luz. Me ciega el color divino.
Un beso Ana.
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